14/1/09

Transición Democrática

TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA

1. Importancia del concepto

Definir el concepto “transición a la democracia” es una tarea compleja tanto por la fluidez que todo proceso de transición supone, como también porque la democracia no es un vocablo de definición única y unívoca. Desde los clásicos de la democracia en la antigua Grecia, pasando por la teoría liberal inglesa, la ilustración francesa y el marxismo, hasta las concepciones propias del siglo XX con los trabajos de Schumpeter y el revisionismo democrático, se ha entretejido una compleja red de referentes democráticos que en el lenguaje del presente podemos clasificar en formales y sustantivos[1].
¿Es la democracia un ensamblaje de reglas formales expresadas en leyes, constituciones y formas de organización estatal, o es la democracia un sistema político que también atiende la justicia e igualdad en diversas esferas de la vida? Esta es la pregunta central para la definición de la democracia, y por tanto, de una transición a ella. La relevancia de estas preguntas es aún mayor en las transiciones de fines del siglo XX, ya que muchos países que experimentaron procesos de transición democrática mostraron altos índices de pobreza y desigualdad, como bien lo expresa el caso de América Latina.

1.1. Durante el autoritarismo del siglo xx

La continuidad de formas autoritarias (autoritarismo) durante el siglo XX explica que el concepto de “transición a la democracia” mantuviera su importancia en el análisis socio-político. Las interrogantes acerca de cómo y cuándo ocurren las transiciones persistieron y adquirieron mayor relevancia a partir de mediados de los años setenta. El colapso de los regímenes autoritarios en Europa del Sur (Portugal, España, Grecia) en los años setenta, en América Latina en los años ochenta, y posteriormente en Asia, África y Europa Oriental motivó un interés especial en el estudio de los procesos de transición. Un primer análisis para los casos de Europa del Sur y América Latina aparece en la colección de libros publicados bajo el título, Transitions from Authoritarian Rule, editado por Guillermo O’Donnell, Phillipe Schmitter y Laurence Whitehead (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1986). En esta colección de trabajos se identifican diferentes factores que contribuyeron a las transiciones. El factor que se enfatiza varía en función del país analizado y del autor, pero entre los más citados se encuentran: los conflictos en la clase dirigente, la modernización del empresariado, la crisis económica, los movimientos sociales, los cambios en la cultura política a favor de la democracia, y las transformaciones a nivel internacional que favorecían el colapso de las dictaduras.

2. El surgimiento de la Democracia

La discusión sobre el establecimiento de la democracia en la sociedad capitalista estuvo íntimamente ligada al desarrollo del parlamentarismo. A la crisis de la organización feudal en Europa le siguió un proceso de incorporación de diversos grupos sociales (artesanos, obreros, comerciantes) a la política, vía la representación parlamentaria. Inglaterra es el caso paradigmático de integración política vía la expansión del parlamentarismo. La formación de partidos políticos y la extensión del sufragio constituyeron la base de este proceso de incorporación política y constitucional de la relación Estado-Sociedad.
Entre las explicaciones sociológicas del por qué de la transición a la democracia sobresale la contribución de Barrington Moore, quien en su libro The Origins of Dictatorship and Democracy (1966) señala un conjunto de condiciones que a su juicio hicieron viable ese proceso. Primero, el balance de fuerzas entre los principales protagonistas sociales de la emergente sociedad capitalista donde la burguesía en formación logró reducir el poder de la monarquía terrateniente. El caso inglés es al respecto sugerente ya que para el siglo XVII los grupos burgueses emergentes lograron subordinar la autoridad del rey a la del parlamento, y para fines del siglo XIX la burguesía industrial dominaba política y económicamente a los latifundistas. En contraste con el caso inglés, Francia tuvo un proceso más tortuoso de transición a la democracia debido al persistente poder de la monarquía y su dramático colapso con la revolución francesa[2]. Segundo, el desarrollo de la agricultura comercial contribuyó a la diversificación de la burguesía y a la neutralización del potencial revolucionario de los campesinos. Tercero, la inexistencia de una alianza entre la oligarquía terrateniente y la emergente burguesía dominada por la oligarquía terrateniente permitió una rápida integración de las formas políticas afines al capitalismo. Comparando Inglaterra y Alemania, Moore plantea que la recurrencia autoritaria en Alemania estuvo vinculada precisamente a una alianza dominada por la oligarquía terrateniente. Un último punto que debe destacarse es la relación de esta dinámica de las relaciones sociales con el nivel de desarrollo económico de una sociedad concreta (entiéndase el nivel de desarrollo capitalista). Por ejemplo, la mayor capacidad de liderazgo político de la burguesía industrial en Inglaterra comparada con su contraparte alemana se explica en función del avanzado desarrollo capitalista en Inglaterra y el relativo atraso alemán. Barrington Moore, por ejemplo, habla de que a menos que las sociedades hayan experimentado una revolución socioeconómica, particularmente en cuanto a modificar las relaciones de poder en el campo, la democracia no tiene posibilidades de sobrevivir. Es decir, hay una relación estrecha entre las formas de poder político y económico; los derechos ciudadanos coinciden con la creación del sujeto libre en el campo de las relaciones económicas; la subyugación directa en la economía se sustituye por la extracción de plusvalía; la subordinación política al poder absoluto se sustituye por la representatividad que supone un gobierno electo por todos (la inclusión dependió de los avances logrados siendo el momento culminante el establecimiento del sufragio universal).

3. Transición y democracia

Transición y democracia
La transición
La liberalización

La democratización
Una transición democrática no asegura la futura consolidación democrática. En este sentido, el concepto de “transición a la democracia” retiene la incertidumbre del proceso democrático en el largo plazo. Pero la “transición a la democracia” asume lo siguiente: primero, que existía una situación previa que no podía calificarse de democrática (es decir, existía algún tipo de autoritarismo), y segundo, que el proceso de cambio se dirigía hacia la inclusión de prácticas políticas e instituciones democráticas. Veamos a continuación las características de este proceso de cambio (de transición) y los referentes que llevan a concluir que dicha transición es democrática.

A) La transición
El concepto de “transición” es definido por O’Donnell y Schmitter en Transitions from Authoritarian Rule: Tentative Conclusions (Johns Hopkins University Press, 1986, p.6) como “el intervalo entre un régimen político y otro”.

B) La liberalización
En el proceso de transición a la democracia se identifican dos momentos. Según O’Donnell y Schmitter (1986), antes de la democratización se da un proceso de liberalización caracterizado por la redefinición y extensión de los derechos ciudadanos.

C) La democratización
Al llegar a la democratización surge el problema de especificar qué es la democracia. Sin entrar en una discusión semántica, basta retomar el punto previamente sugerido en cuanto a la diferencia entre la noción “formal” y “sustantiva” de la democracia.
[1] O’Donnell, Guillermo; Schmitter, P. and Whitehead, L. (eds.): Transitions from Authoritarian Rule: Latin America. Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1986.

[2] Held, David: Models of Democracy. Polity Press, Cambridge, 1987

La Fuerza Armada Salvadoreña y su Nuevo Rol

ARTICULOS QUE ESTABLECEN EL NUEVO ROL DE LA FUERZA ARMADA
211. "La Fuerza Armada está instituida para defender la soberanía del Estado y la integridad de su territorio, mantener la paz, la tranquilidad y la seguridad pública y el cumplimiento de la Constitución y demás leyes vigentes. Velará especialmente porque se mantenga la forma republicana de Gobierno y el régimen democrático representativo, no se viole la norma de la alternabilidad en la Presidencia de la República y se garantice la libertad de sufragio y el respeto a los derechos humanos. Colaborará con las demás dependencias del Organo Ejecutivo en los programas de desarrollo nacional, especialmente en situaciones de emergencia."
Art. 212. "La Fuerza Armada de El Salvador es una Institución fundamental para la seguridad nacional, de carácter permanente, esencialmente apolítica y no deliberante en asuntos del servicio.

Comisión de Consolidación Para la Paz


COPAZ

La Comisión para la Consolidación de la Paz (COPAZ), instalada el primero de febrero, es la institución que más actividad ha tenido en la nueva etapa. COPAZ es la instancia más cualificada en la búsqueda del consenso político, por estar integrada por 6 representantes de los 6 partidos políticos con diputados en la Asamblea Legislativa, por 2 miembros del FMLN y 2 del gobierno, y contando con la presencia, en calidad de observadores, del jefe de la delegación de ONUSAL, Iqbal Riza -quien fue jefe de ONUVEN en Nicaragua- y de un representante de la Iglesia Católica, Monseñor Gregorio Rosa Chávez. Si las decisiones en COPAZ se tomasen por mayoría y teniendo en cuenta las tendencias políticas, las votaciones quedarían virtualmente empatadas, dificultándose los acuerdos que COPAZ debe tomar prácticamente a diario. Por eso se definió ya en México que COPAZ tomaría sus decisiones por consenso. De este modo, las decisiones y propuestas de COPAZ a los poderes del Estado adquieren una dimensión consensuada por todos y la calidad de las acciones de COPAZ puede ser mayor. A pesar de ciertos retrasos, reconocidos por todos los miembros de COPAZ, en los calendarios de ejecución de los acuerdos, el engranaje está aceitado y se mueve. COPAZ ha definido ya sus propias subcomisiones de trabajo: la subcomisión encargada de la organización de la Policía Nacional Civil (PNC) y la subcomisión especial para el tema económico-social. Logró también consenso para la propuesta de los integrantes del nuevo Tribunal Supremo Electoral, que sustituirá el Consejo Central de Elecciones, incorporando a un representante de Convergencia Democrática y a un representante de la Corte Suprema de Justicia, que será quien presida el Tribunal. La Asamblea Legislativa, tras elegir a los miembros del nuevo Tribunal entre los propuestos, procedió a juramentarlos, a excepción de los representantes de la Corte Suprema -propietario y suplente-, que declinaron la elección del cargo

10/1/09

En Construcción gracias por esperar....